TRATAMIENTO EDUCATIVO DE LA LECTURA.
Consideremos los distintos tipos de
lectores y de libros. ¿Qué técnica utilizamos en clase de lengua para educar la
comprensión lectora? Cuando un alumno de los primeros ciclos de primaria lee un
pequeño texto de un libro de lectura de ocio, y luego tiene que contestar a
numerosísimas preguntas, le puede llevar a desánimo cuando no se acuerda de qué
color era el vestido de la abuelita, ni si era lunes… ni de otras cuestiones;
porque a él lo que le ha llamado la atención, es lo contenta que estaba la
abuelita ese día porque iba a recibir la visita de su nieto. ¿Cómo vamos a
despertar el interés por la lectura del pequeño, cuando tiene que estar
pendiente de tantos datos, que no le permite disfrutar de ella? Ha ido
comprendiendo la información, los detalles, pero inconscientemente, a medida
que va leyendo, los va seleccionando y actualizando. Y voy más lejos, ¿por qué
ha sacado mala nota en su ficha de comprensión, cuando él ha entendido
perfectamente la historia? principio, nudo y desenlace; y es más, le había
gustado, hasta que llegó la dichosa nota que le hace no querer que se aproxime
la siguiente lectura, con la consiguiente desmotivación y desánimo que hace que
le resulte tediosa. Las preguntas
respecto a la comprensión de un libro, deberían ser más abiertas, no tan
cerradas, dejar una rendija para que el lector muestre la interacción surgida con
el libro. Creo que dicha valoración tan acotada no resulta muy objetiva para el
profesor, ni motivadora para el alumno. No se trata de desarrollar una memoria
mecánica ante un tipo de lectura de ocio. Hay que distinguirla de una lectura
reflexiva y comprensiva de un texto cuyo objetivo es que el niño aprenda, pues
dicho texto viene estructurado y organizado, de forma que el niño entiende
perfectamente qué debe recordar y aprender. No rompamos la magia de la lectura.